Juan Manuel Reyes Cruz 2 de diciembre de 2011.
La inseguridad que se vive en Tamaulipas desde hace 5 años, provocó que un buen número de empresarios mexicanos decidieran llevarse sus negocios a Laredo Texas, con la esperanza de abarcar un mundo desconocido para éllos y recuperar los clientes perdidos, los mismos que ya no cruzaron a Nuevo Laredo para consumir lo que se ofrecía de este lado de la frontera. Una vez abiertas sus puertas al público, 30 restaurantes de los reconocidos en ventas para los texanos y mexicanos con residencia en Estados Unidos, abarrotaron restaurantes con sabor de cabrito, carne asada, tortas, hamburguesas, tostadas gigantes, mariscos, carnitas, y tristemente a los 24 meses la mitad se regresó a la frontera mexicana, al no saber manejar las finanzas ni el mercado texano. Homero Villarreal , dueño del restaurante Mandinga en Nuevo Laredo, famoso por el sabor que el da a preparación de mariscos con mas de 40 años de servicio, un día decidió probar en Laredo Texas, invirtiendo sus ahorros esperando triunfar como el resto de los mexicanos que cruzan la frontera en busca de fortuna, pero la realidad fue otra. “ Y no solo yo, otros 14 compañeros nos regresamos, allá todo es muy caro, checamos los precios de los platillos y es lo mismo, no podemos dar mas caro y con esos precios no podíamos pagar salarios en dólares, horas extras, seguro social, impuestos federales, estatales y locales que te cobran en todos los servicios, la materia prima es mucho mas cara que acá, por eso nos regresamos y aquí seguimos subsistiendo, esperando que en diciembre las ventas nos ayuden a mejorar” fue la respuesta del ex presidente de la CANACO local, al preguntarle por que cerró sus puertas en el lado americano. La mayoría de los negocios dedicados a la venta de comida mexicana, levantaron raíces mexicanas en Laredo Texas, y los únicos que no pudieron regresarse son los que compraron propiedades e invirtieron en su construcción, ahora no pueden cerrar porque nunca recuperarían lo invertido. Para el presidente de la Cámara de Comercio Local, Emilio Girón Fernández de Jáuregui, existe la necesidad de buscar alternativas para subsistir en el lado mexicano, ante el cierre de más de 800 negocios de todo tipo. El centro de esta frontera, cuenta con infinidad de edificios abandonados ya que sus dueños no los pueden rentar porque el pago lo desean en dólares. En 2009, un 20 por ciento de comerciantes afiliados a la CANACO, se dieron de baja al desaparecer y cerrar sus puertas para siempre.
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