Juan Manuel Reyes Cruz 6 de septiembre de 2014.
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Imagen 94.1FM.
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Laredo Texas. El jefe de policía de Laredo Texas,
Raymod Garner, presentó a los medios de comunicación dos pistolas aparentemente
iguales. Una es de balines, utilizada por José Walter Garza, para apuntar a una
veintena de agentes y otra igual a una 45 marca Springfield. El funcionario, dijo
que seis oficiales se encuentran suspendidos de sus funciones después de que dispararan
durante 61 ocasiones con armas AR-15, calibre 22 y con una escuadra 45, a una
persona con historial delictivo, pero que en el momento del enfrentamiento, la madrugada del sábado 30 de
agosto, no disparó un solo tiro. En el instante de la conferencia de prensa, un
grupo de aproximadamente 15 personas, poco a poco, llegaron hasta las
instalaciones de la policía texana, para manifestarse en contra del accionar de
la policía en este y otros casos, a los que llamaron corruptos y vendidos
al mejor postor. El jefe de policía,
dijo que el hoy occiso, Walter Garza, contaba con un historial criminal con
varias detenciones desde el 18 de febrero del 2010. Ha sido detenido por
disparar un rifle, ataques a policías en diferentes ocasiones, resistencia de
arresto, ataque sexual,-sin decir contra quien o que persona-, robo de más de
mil dólares, -sin informar a quien o que empresa-, y lesiones. Por su parte el
jefe de prensa de la policía, José Baeza
Jr., dijo que la muerte de Garza, se dio en tan solo seis segundos, después de
que durante 5 minutos se habló con el occiso para que bajara el arma y dejara
de apuntarles “Los agentes no pueden esperar que alguien que está armado les
dispare primero, por lo menos no en Texas, si alguien apunta con lo que parece
una pistola de verdad, es una persona peligrosa, y el-Walter Garza- recibió 61
balazos” dijo el portavoz. Afuera de la estación
de policía se presentaron con pancartas jóvenes y adultos, que reclamaban justicia
por lo que consideran un asesinato de un civil que no disparó un solo tiro, y
que horas antes de la tragedia, se le decomisó
otra pistola de balines por parte de
oficiales policiacos. Dijeron los manifestantes, ser víctimas de la soberbia de
la policía texana, recibir golpes, insultos raciales, e inventar cualquier cosa
para arrestar a personas que se oponen a su trabajo. Los policías fueron calificados como corruptos y vendidos al mejor postor.
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