Texto y fotos. Juan Manuel
Reyes. Julio de 2014.
Laredo Texas.
Crisis Humanitaria.
El flujo migratorio de
centroamericanos a Estados Unidos, creció de manera
increíble en los últimos seis meses. Mujeres y niños llegan principalmente
de Honduras, víctimas de la inseguridad, violencia, falta de trabajo y justicia
social. Elementos de la patrulla fronteriza, capturan a más de 300 personas diarias que no portan
documentos de inmigración, lo que provocó que los nueve centros de detención en
Laredo Texas, se encuentren saturados de ilegales. Personal federal, que los
tiene bajo custodia, ha decidido dejarlos en libertad con una orden de presentación
ante un juez de inmigración, mientras se resuelve su situación legal. La orden
entregada a los ilegales de otros países, que no sean mexicanos, es por
un plazo de 30 días, que lleva fotografía, nombre y firma, para ser
identificados y no sean nuevamente arrestados por elementos de la patrulla
fronteriza. La central camionera Greyhound, desde hace varios dias, aloja y recibe a cientos de inmigrantes de Honduras,
Guatemala, Salvador y otros países de Centroamérica, principalmente mujeres y
niños pequeños, o menores de edad, que comen lo que la gente les da y duermen
como pueden. No tienen a dónde ir, pero esperan pronto tener comunicación
con sus familiares que residen en el norte de Estados Unidos para reunirse con
ellos. Cada día llegan a la frontera mexicana, cientos de indocumentados
entre ellos, menores de edad, que tratan de cruzar la frontera entre México y
Estados Unidos, algunos lo logran, otros no, la meta es llegar con sus padres
en el interior del país del norte. El problema de sobre población existe en el
centro de detención migratorio en Laredo Texas, ya que la capacidad para 1,500
personas, fue rebasada en los últimos meses, por lo que deciden dejarlos
en libertad en la central de autobuses de esta frontera, para que tomen el
camino que más les convenga. Algunos de los detenidos se quejaron de maltratos
en los centros de detención, por parte de los guardias en el sector
Laredo, ante la desesperación de niños que lloraban por comida, las madres
cargan niños de brazos, algunos de meses de nacidos, y edades entre los 2 y 5
años, quienes duermen en el suelo, con aire frio, sin tomar en cuenta el estado
físico en que llegan.
Lo que
dice los gobernantes .
El congresista federal Henry Cuellar, dijo a Imagen, que se reunió
con el Embajador hondureño Jorge Ramón Hernández Alcerro, para
hablar de la llegada de hondureños a Estados Unidos, detenidos en
centros federales de Laredo Texas. "Están experimentando una
crisis humanitaria en la frontera, pero carecen de las políticas necesarias
para enfrentarlo, en la reunión con el Embajador de Honduras,
establecimos nuestro compromiso compartido de lucha contra la inmigración
ilegal de centroamericanos a Estados Unidos, y nuestro deseo de trabajar
conjuntamente para oponerse a las organizaciones de contrabando que han enviado
miles de niños que llegan sin compañía de adultos en la frontera desde el
inicio de este año” dijo Cuellar. El cónsul de México en Laredo Texas, Miguel
Ángel Isidro, aseguró que personal de la embajada mexicana, está en
constante contacto en los centros de detención migratoria de esta frontera,
para saber si hay mexicanos ilegales para estudiar su situación. “Nosotros
hacemos visitas diarias y platicamos con los mexicanos, muchos de ellos
prefieren la deportación voluntaria y son enviados a México
nuevamente; en el caso de los centroamericanos es su embajada la que
estudia ese caso” dijo a Imagen el cónsul Isidro. Negó tener conocimiento de
quejas o de maltrato hacia mexicanos por agentes que trabajan en los
centros de detención.
El jefe de prensa de la
patrulla Fronteriza, en el sector Laredo, Berin Salas, comentó que los agentes
de la patrulla fronteriza, se dedican a confiscar froga y capturar
indocumentados para enviarlos a los centros de detención en Laredo, pero una
vez adentro, son otras la autoridades que se encargan de los ilegales una vez
que son encarcelados. Personas humanitarias, les llevan lonches y comida para
hacer menos penosa su estancia en la central de autobuses de Laredo Texas.
Lo que dicen y padecen
los migrantes.
“Padecemos de de intimidaciones y nos avientan la comida por debajo de las puertas, nos
gritan y nos meten a cuartos muy fríos” dijo Carmen, quien asegura ser originaria
de Tegucigalpa. Hondureñas
que se encontraban en la central de autobuses de Laredo Texas, informaron
que fueron dejadas en libertad, principalmente las mujeres que cargan hijos
menores de edad.” Nos dejaron en libertad, porque ya está muy lleno ese lugar,
estamos aquí, en la espera de que nuestros familiares nos envíen dinero o
vengan por nosotras” dijeron dos hondureñas que cruzaron el rio bravo con sus
hijos. La primera de ella, con uno de tres años y la segunda con tres de
sus hijos, con la esperanza de reunirse con su esposo. “Es muy difícil el
trayecto, pagué cerca de tres mil dólares para venirme para acá, crucé con mi
hijo y ahora con este papel que me dieron, me voy hasta Orlando para reunirme
con mis familiares, pero me dicen que tengo que presentarme a corte en un mes y
hablar con un juez de inmigración” dijo Iríndira de 37 años de edad. Al fondo
mientras platicábamos con la centroamericana, se observaba un pequeño de tres
años recostado en el suelo, sin colchas, sin almohadas que lo cubriera o
protegiera.
Sueños truncados.
Luz Elena García, a
punto de llorar, confesó que el llegar a la frontera mexicana, le dejó mucho
dolor y tristeza abandonar su país, pero tenía que hacerlo ya que no hay
trabajo, ni futuro en Honduras. “Me vine con tres de mis hijos, voy hasta
Chicago, ya que allá me espera mi esposo, no se crean de lo que dicen de que
aquí se llega a ganar mucho dinero, es mentira en el trayecto, te maltratan, te
amenazan los policías federales de México y otras personas te amenazan con
hacerte daño si no les das dinero” dijo García.
Reacción social y el
impacto ante la ciudadanía.
Ante la llegada de casi 100 migrantes ilegales a Laredo Texas
cada 24 horas, las iglesias católicas de la localidad, pidieron este domingo en
su misa semanal, una segunda colecta para llevar comida, ropa y medicinas a
centroamericanos que son dejados por elementos de la patrulla fronteriza en
estaciones de autobuses sin dinero, enfermos y sin saber que hacer. Los centros
de detención son insuficientes ya que estos se encuentran llenos ya que
cada día cruzan un sin número de ilegales con la esperanza de alcanzar una visa
humanitaria y llegan mujeres acompañados de menores e incluso niños en brazos. Aun no se sabe que
harán autoridades municipales y del condado de webb, ante este fenómeno social.
La estación de autobuses Greyhound a partir de la segunda semana y ante la avalancha
de ayuda de la ciudadanía, ya no acepta donaciones en su terminal. El
congresista federal, Henry Cuellar, destacó la mala información que
reciben principalmente madres hondureñas. “Los hondureños, salvadoreños y
guatemaltecos, piensan que se van a quedar aquí, porque allá les dicen los
polleros que así será, que si vienen con niños no los van a deportar y
lamentablemente así ha sido a últimas fechas, dado el enorme tránsito de gente
de aquellos países”, explicó Cuellar. Las
cifras que presentan autoridades federales, son de 48 mil detenidos solo en el
mes de mayo y 140 mil en lo que va del año en todo el sur de Texas. Esta
crisis requiere de una respuesta multi agencias que involucra al Departamento
de Seguridad Interna, al Departamento de Justicia y al Departamento de Salud y
Servicios Humanos que deben aportar personal para instalar un centro de
procesamiento de ilegales en la frontera.
¿Por qué el éxodo en
masas de Honduras?
Hondureñas entrevistadas en la central de autobuses Greyhound
de Laredo Texas, dijeron huir de su país, por amenazas contra sus familiares y
por la pobreza que se vive en Centroamérica, donde apenas alcanzan a ganar
alrededor de dos mil lempiras, esto es alrededor de 100 dólares al mes.
Vendiendo lo que pueden, logran reunir tres mil dólares, para cruzar a Estados
Unidos, acompañados de sus hijos menores de edad, quienes sufren por la falta
de comida y ropa después de ser detenidos. “Los agentes de la patrulla
fronteriza, nos tratan mal, nos tiran la comida, nos avientan las bandejas al
piso y nos dicen, que es para que aprendamos a no venir para acá” dijo una
Hondureña identificada como Flor. Ella, llegó acompañada de tres hijos, quienes
aseguraron ya su destino a Illinois. Otra persona que no se quiso identificar,
dijo que a los que exigen comida o mejor trato en los centros de
detención , los encierran en una “hielera” , “Si es un cuarto muy frio, nos
tratan mal, nos gritan, ellos dicen que no, pero si nos tratan de lo peor, no
nos golpean, pero a uno que se atrevió a exigirles mejor trato, lo encerraron
en la hielera y ese cuarto está muy frío, son bien malos” dijo la madre de dos
hijos, de 8 y 7 años.
Racismo y reacción contra la prensa.
Al momento de la entrevista un oficial de seguridad, les
pidió que se retiraran de la estación de autobuses para ser entrevistas, al
tiempo que pidió a este reportero no tomar fotografías ni entrevistar a nadie,
con la consigna de llamar a un agente de seguridad para ser desalojados. Esta
acción, desalentó a otras personas que esperaban turno para ser entrevistados.
“ No tome fotografías, no puede hacer entrevistas aquí porque tiene que hablar
al corporativo Greyhound , salgase de aquí” fue la petición de quien sus
compañeros identificaron como encargado de seguridad en la central de
autobuses de Laredo Texas.
Un caso patético y real.
Llegan a la frontera en busca del sueño americano. Pero
muchas ocasiones se quedan en el intento ante la falta de dinero y
oportunidades para cruzar a Estados Unidos. Sufren humillaciones, maltratos,
amenazas de bandas organizadas que les exigen el pago de 100 dólares para no
arrojarlos del tren conocido como la bestia o en el peor de los casos,
secuestrarlos para pedir rescate a sus familiares para su liberación. Zenón
Alberto Rivera, nacido en Honduras, llegó a Nuevo Laredo, acompañado de su
joven esposa embarazada para intentar cruzar al otro lado de la frontera.
“ Dejé todo en Honduras, intentamos cruzar pero es imposible, nos piden
mucho dinero en dólares, hemos encontrado racismo contra nosotros, ya no
sé qué hacer; en Honduras, ganaba 800 lempiras por semana y no me alcanzaba
para vivir, está muy devaluada nuestra moneda, más de 20 lempiras por
dólar” comentó . Narró que a su llegada a esta frontera, un grupo de personas
intentaron secuestrarlo, pero al gritar su esposa, desistieron sus captores “No
taremos dinero para comer, menos para dar” reflexionó. Zenón, quien cuenta
apenas con 26 años de edad y no sabe cuál es su futuro. Otro migrante de los
más de mil que llegan diario a esta ciudad con la idea de cruzar a Estados
Unidos, dijo que es muy difícil llegar a la frontera “ Te golpean, te amenazan,
si no traes dinero para pagarle a los grupos criminales , ellos creen que
cargamos mucho dinero, yo me vine del Salvador con 400 dólares que me envió mi
hermano de Houston, con eso llegué sin antes dar la mitad porque me querían
quitar todo, ” dijo con voz entrecortada, pero triste porque en el camino y la
aventura, perdió a un primo que al sentirse amenazado por bandas criminales
, se echó a correr al entrar a México, en Chiapas. Nuevo
Laredo es la frontera que recibe más deportados que llegan del norte y que
representa para autoridades municipales una erogación de 100 mil pesos
mensuales. La cantidad no es tan importante si se toma en cuenta que lo que
verdaderamente falta es coordinación entre los tres niveles de gobierno con
autoridades de inmigración americana, que envían por esta frontera a más mil
personas que no cuentan con documentos para trabajar en aquel país.
Es urgente una solución de autoridades locales.
Al parecer no hay solución para resolver este problema o no
hay actitud por parte de las autoridades que
todo indica, no les interesa el problema de insalubridad,
enfermedades, e inseguridad que viven
las madres e hijos hondureños, hacinados en la central de autobuses Greyhound de Laredo
Texas. Autoridades sanitarias de esa población fronteriza y oficiales
policiacos, deben tomar en cuenta que estas personas ya están en los ojos del
mundo y de racistas que no comulgan con su llegada.
Al no contar con regaderas, y baños en cantidad igualable
para más de 100 personas que duermen y
comen en la central camionera, los problemas de salud y gastrointestinales,
aflorarán de un momento a otro, convirtiendo ese lugar en una pandemia, ya que
nadie sabe que enfermedades portan posiblemente algunos de ellos, desde su
lugar de origen o contagiados en el trayecto, al tocar tierra, agua
contaminada, cruzar el rio bravo y lagos desde Honduras hasta Estados Unidos.
El gobierno municipal y estatal de Texas, deben construir de
urgencia baños públicos y regaderas, así como dormitorios para tanta gente abandonada
a sus suerte por la patrulla fronteriza, ya que si no se les permite trabajar,
por lo menos que tengan donde asearse y un lugar limpio para dormir.
Nadie se quiere quedar,
todos van al norte, aunque habrá algunos que es su primera ocasión que
cruzan, y no encuentran futuro para subsistir.
Esta historia tiene continuación, mientras en Honduras,
Guatemala, El Salvador y México, no le den al pueblo lo que necesita: Trabajo y
educación.
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